División (2012) es el cuarto álbum de División Minúscula, una banda mexicana de punk que desde su comienzo hace música que confronta la represión sutil y violenta que la cultura de nuestro tiempo ejerce sobre l@s que aspiran a reconocer su unicidad en la existencia. El primer sencillo de este álbum, Voces, habla de la identidad que han forjado como agrupación:
Somos las voces que nunca se callan
somos el fuego que nunca se apaga...
y hoy brindaremos mientras arde la ciudad.
Sus integrantes son cómplices de la fragmentación de un universo roto, con el que no se conforman, sino, más bien, lo reconocen y abrazan amorosamente una y otra vez hasta llegar a la unidad mística y cierta que resuelve cómo es que El Todo está en todas partes. En palabras del vocalista, Javier Blake: Todos somos División.
Ante la violencia que rodeó y rodea su lugar de origen, la ciudad fronteriza de Matamoros, Tamaulipas, dicen de forma simple:
Ignoro cuál fue la intención,
(quizá) vandalizar mi corazón,
pero esos tres acordes son mi salvación.
Esos tres acordes, desapercibidos para el mundo académico que, aún corrompido, se pretende suficiente para la integración cabal de la juventud, salvaron la fidelidad de ellos mismos y de su música, desembocando en un referente genuino de colectividad rebelde e inclusiva en pos de lo que nos hace falta.
Somos el sueño de ese verano
somos el eterno recuento de daños
y hoy brindaremos mientras arde la ciudad.
Brindaremos mientras arde la ciudad.Aquí, el vídeo de Voces:
Y el vídeo de Sed, que es el track más potente del disco:
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